

No se puede explicar la iglesia del Redentor sin mencionar el hecho histórico por el que todo comenzó. En 1575, Venecia fue víctima de una terrible epidemia de peste que en dos años causó 50.000 muertos. Mientras la epidemia parecía invencible, el Senado de la ciudad hizo un voto: construiría una nueva iglesia dedicada al Redentor si se hubiera detenido la plaga. En mayo de 1577 se colocó la primera piedra del proyecto de Andrea Palladio. El 20 de julio del mismo año, se celebró el fin de la peste con una procesión que llegó a la iglesia a través de un puente de barcos, creando una tradición que continúa hasta hoy.
La iglesia del Redentor estaba destinada a los padres Capuchinos, que determinaron tanto la planta como la decisión de evitar materiales valiosos, prefiriendo el ladrillo y la terracota. La planta de la iglesia deriva de la armónica composición de cuatro células especiales: el rectángulo de la nave, las capillas laterales que toman la forma de nártex, la célula tricora compuesta por dos ábsides y un filtro de columnas curvas y el coro.